Al momento de pensar en nuestra salud siempre tendemos a atribuir dolores y molestias a nuestros órganos internos o malas posturas, esto es porque pasamos mucho tiempo dándole el crédito del bien estar a la medicina tradicional, pero muchas veces dejamos de lado nuestro lado espiritual y mental. Es aquí en donde entra la medicina alternativa o complementaria, tradiciones antiguas que le entregan grandes beneficios al organismo.
No sólo alivia males físicos, sino que procura ayudar a desbloquear y movilizar la energía estancada, ya que en este tipo de tratamientos se atiende al paciente en forma integral, estudiando si el problema tiene origen emocional, mental o físico, dando lugar a la teoría de que muchas enfermedades son más emocionales que corporales (sicosomáticas).
Dentro de estas terapias y sus beneficios encontramos los siguientes ejemplos:
Biomagnetismo:
Mediante la aplicación de imanes en partes específicas en el cuerpo, se logra conseguir un equilibrio bioenergético, exterminar en tiempo breve virus, bacterias, hongos o parásitos que son los principales causantes de la mayor parte de las enfermedades del hombre, también sirve para tratar enfermedades como: Diabetes, Lupus, Artrits, Alergias, etc.
Reflexología podal:
Cada zona de los pies corresponde a alguna parte de nuestro cuerpo, mediante pulsiones en estas zonas, se ayuda a estimular al sistema inmunológico y crea un cuerpo más fuerte y una mente más tranquila aliviando los malestares.
Reiki:
Busca lograr la sanación y equilibrio espiritual de la persona mediante la imposición de manos
Entre alguno de sus beneficios encontramos: desbloqueamiento de emociones reprimidas, disminuye el cansancio y estimula nuestro ánimo, reduce el ritmo cardiaco y aquieta inquietudes y preocupaciones, entre otros.
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